Sin importar las filiaciones políticas, las inclinaciones conceptuales, o los paradigmas éticos, el manejo de información debe ser un ejercicio de alta responsabilidad que debería contar con una veerduría no gubernamental ni estatal, más bien de índole popular que sin coartar vigile el trafico de información. Hoy por hoy los principios de libertad de expresión internacionales son menos que ignorados por los diferentes actores de la sociedad y quienes son realmente afectados y utilizados son los pueblos y sus gentes.
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